Fuente: https://www.energias-renovables.com
Siemens Gamesa ha anunciado que suspende su plan para construir la que iba a ser su primera fábrica de palas para turbinas eólicas marinas en Estados Unidos, en la que preveía invertir unos 200 millones de dólares (unos 177 millones de euros). Fuentes de la compañía consultadas por Europa Press indicaron que la suspensión de los planes para construir y operar la planta se ha producido «al no poder cumplirse los hitos de desarrollo para establecer la instalación». El anuncio de congelación del proyecto se une a los que han hecho a lo largo de las últimas semanas Iberdrola y la danesa Ørsted, que han paralizado hasta cuatro megaproyectos eólicos marinos en ese país.
El proyecto fue anunciado hace dos años e iba a ser levantado en la terminal marítima de Portsmouth, en Virginia, estando muy vinculado al pedido del fabricante para el suministro de los aerogeneradores del macroproyecto Coastal Virginia de Dominion Energy, de 2,64 gigavatios (GW) de potencia. La fábrica de palas era el primer paso para convertir la terminal marítima de Portsmouth en un polo industrial de energía eólica marina. Además, Siemens Gamesa se había planteado analizar opciones para ampliar la fábrica en un futuro si conseguía nuevos proyectos en Virginia.
El sector de la eólica marina está sufriendo un fuerte impacto por el aumento de los costes, la inflación y los retrasos con los proveedores, factores todos que, combinados, están poniendo contra las cuerdas varios proyectos en Estados Unidos. La danesa Ørsted por ejemplo ha anunciado recientemente el cese del desarrollo de dos proyectos de eólica marina, los de Ocean Wind 1 y 2, en aguas de Nueva Jersey.
También Avangrid, la filial de Iberdrola, rescindió el acuerdo de compra de energía (PPA, por sus siglas en inglés) para su proyecto de eólica marina Park City Wind, al considerar que las condiciones pactadas no garantizaban su viabilidad económica.
Anteriormente, Iberdrola también había rescindido el contrato de compraventa de energía vinculado a su proyecto de eólica marina Commonwealth Wind, de 1.200 (MW) por las mismas razones de una difícil viabilidad económica en las condiciones, y procedió al pago de 48 millones de dólares (unos 44 millones de euros) por la ruptura del acuerdo.
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