Fuente: https://www.energynews.es/
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El proyecto ayudará a evitar que las Galápagos pierdan el sello de la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad.
Ecuador adjudicó a Siemens un proyecto de gran importancia en las Islas Galápagos. El mismo sustituye el diésel por energías renovables. Eso ayudará a que no pese sobre las islas la amenaza de perder su estatus como Patrimonio de la Humanidad.
La flora y la fauna de las Islas Galápagos hacen de ellas un conjunto único en el mundo. El singular ecosistema del archipiélago ecuatoriano es lo que motivó que la declaración de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera.
Pero los altos niveles de contaminación que sufren las islas motivo que la propia UNESCO realizara una solicitud a Ecuador para que buscara soluciones sostenibles. Especialmente, una solución energética más respetuosa y sostenible con el frágil ecosistema de las islas.
A la UNESCO le preocupaban los niveles de contaminación, así como el riesgo que entrañaba el transporte de gasóleo por barco. Y es que, en los últimos años, dos grandes cargas de combustible se derramaron durante la transferencia del barco a la central eléctrica. Eso amenazó las costas y el hábitat de la isla.
En consecuencia, Naciones Unidas advirtió a Ecuador de la necesidad de encontrar una solución eléctrica más limpia. Y avisaron que las Galápagos corrían riesgo de perder su sello de «patrimonio mundial».
Renovables para las Islas Galápagos
Así, Ecuador invitó a varias empresas a presentar propuestas de construcción de un sistema fiable y limpio desde el punto de vista ambiental. Lo hizo con el apoyo del gobierno alemán. Las propuestas requerían, eso sí, la utilización de energías renovables.
Los desafíos técnicos y logísticos de la construcción y el mantenimiento de un sistema de este tipo en una isla remota constituían los principales obstáculos. Y Siemens fue el único proveedor que presentó su propuesta: un sistema híbrido de generación de electricidad que utiliza combustibles renovables.
Siemens propuso para la Isla Isabela, la mayor del archipiélago, una tecnología con un sistema híbrido, que preservara el ecosistema y fuera sostenible para la empresa. El proyecto 100% renovable combina la intermitencia de la energía solar con otra fuente de combustible renovable: el aceite de piñón.
Con tan sólo 1,8 megavatios de capacidad máxima, el sistema híbrido consta de tres componentes principales:
- Un parque de energía solar de 952 kW compuesto por unos 3.024 paneles fotovoltaicos.
- Un sistema de generación de biodiésel de 1.625 kW compuesto por cinco grupos de generación de 325 kW.
- Un sistema de almacenamiento de baterías que puede inyectar otros 660 kW de forma instantánea cuando sea necesario.
Una instalación complicada
El proyecto incluye un software que gestiona, entre otras funciones, los flujos de energía hacia y desde las baterías. Siemens ha indicado que el sistema está en pleno funcionamiento desde octubre, después de un período de pruebas, tanto en Ecuador como en Alemania.
La instalación del proyecto, con sus 600 toneladas de maquinaria y material de construcción, ha sido especialmente complicada, al no existir muelles ni embarcaderos en la isla Isabela a los que amarrar los buques.
Beneficios medioambientales
Desde su puesta en marcha, la nueva central eléctrica híbrida ha evitado la quema de hasta 33.000 litros de diésel que alimentaban la vieja planta cada mes. Eso ha supuesto evitar la emisión de 88 toneladas de CO2.
Además, la nueva planta ha estado operando al 99% de su capacidad y es mucho menos ruidosa que la anterior.
Con esta nueva infraestructura energética, Galápagos reemplaza el diésel por aceite vegetal de piñón para generar electricidad. El uso de jatropha curcas, también conocido como piñón de tempate o jatrofa, como fuente de aceite para producir biodiésel es especialmente innovador.
Este peculiar piñón crece en zonas tropicales de varios países de América del Sur, entre ellos Ecuador. Está compuesto por un 40% de aceite que puede ser procesado en biodiésel de alta calidad.
El sistema se sometió a una prueba de seis semanas cerca de Hamburgo para demostrar el funcionamiento de la planta. Después se llevó a las Galápagos para su instalación. Una monitorización remota de la planta desde Austin, en Texas, y Múnich, en Alemania, pone a disposición de los operadores locales de la planta toda la experiencia de Siemens en generación de energía.
La materia prima se logra a través del desarrollo agroindustrial del piñón, que se cultiva en la costa continental de Ecuador. Una cooperativa local de la provincia de Manabí elabora el aceite vegetal que se usa en la Isla Isabela como fuente limpia de energía. En el caso en que se produjera un derrame durante el transporte en barco, el aceite de este piñón se podría disolver con relativa rapidez. Y, además, sin apenas impacto a nivel medioambiental.
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