Un nuevo informe preparado por el JRC muestra que la energía producida a partir de biomasa representó el 59% del consumo de energía renovable de la UE (y el 10% de todas las fuentes de energía) en 2016. Bioenergía está ayudando a la UE a cumplir su objetivo de 20% de energía renovable para 2020 Se espera que el consumo aumente a medida que la UE trabaje hacia sus objetivos para 2030. También se espera que la bioenergía tenga una contribución clave a la estrategia a largo plazo de la UE para 2050
El informe, publicado por el Centro de Conocimientos sobre Bioeconomía de la Comisión Europea , sintetiza y resume los últimos datos disponibles sobre bioenergía en la UE. Muestra cómo la bioenergía no solo contribuye a la energía renovable sino también a la seguridad energética de la UE, ya que el 96% de la materia prima bioenergética se produce dentro de la UE. La mayor parte de esto proviene de la silvicultura.
Según los datos de 2016, Alemania, Francia, Italia, Suecia y el Reino Unido son los cinco mayores consumidores de bioenergía dentro de la UE-28. Sin embargo, los países escandinavos y bálticos y Austria consumen la mayor cantidad de bioenergía per cápita. La situación con respecto a los diferentes usos finales de la energía varía de un país a otro. Alemania, Italia y Suecia se encuentran entre los cinco principales países en términos de los tres usos finales de la bioenergía (calefacción y refrigeración, bioelectricidad y biocombustibles para el transporte)
Biomasa sostenible
La biomasa incluye una amplia gama de materias primas, como la biomasa de la agricultura (residuos de cultivos, bagazo, residuos animales, cultivos energéticos, etc.), silvicultura (residuos de maderas, productos derivados del procesamiento de la madera, licor negro de la industria de pasta y papel, madera para combustible) , etc.), y otros tipos de residuos biológicos (residuos de alimentos, residuos de la industria alimentaria, la fracción orgánica de residuos sólidos municipales, etc.).
Debe producirse, procesarse y utilizarse de manera sostenible y eficiente para optimizar el ahorro de gases de efecto invernadero y mantener los servicios de los ecosistemas, todo ello sin causar deforestación o degradación de hábitats o pérdida de biodiversidad. El desempeño ambiental de una cadena de valor de bioenergía depende en gran medida de los diferentes pasos de la ruta, desde el cultivo y la recolección de materias primas hasta el procesamiento, conversión y distribución de los portadores de bioenergía, hasta el uso de energía final. En consecuencia, la sostenibilidad debe evaluarse caso por caso.
El desarrollo de tecnologías de emisiones negativas, como el uso de bioenergía combinada con la captura y almacenamiento de carbono, ayudaría a aumentar considerablemente el ahorro de gases de efecto invernadero.
Los posibles usos alternativos de la biomasa (por ejemplo, para alimentos, piensos, productos de madera, etc.) también deben considerarse para garantizar la sostenibilidad del suministro de materias primas desde una perspectiva general de bioeconomía. Por lo tanto, el uso competitivo de la biomasa requiere pasar de la orientación de uso final único a los sistemas de producción integrados, mediante la aplicación de enfoques como el uso en cascada de la biomasa y las biorrefinerías integradas.
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